La práctica del Tai-Chi se ha utilizado durante siglos para cultivar la energía vital (qi), mejorar la respiración y relajar el cuerpo y la mente. En esta clase introductoria, los colaboradores aprenden movimientos básicos, suaves y accesibles para cualquier persona, sin importar su condición física.
El enfoque está en respirar conscientemente, moverse con fluidez y encontrar equilibrio interno, creando una pausa activa que ayuda a despejar la mente y revitalizar la energía.
Ideal para empresas que desean ofrecer a sus equipos una experiencia de bienestar distinta, sencilla y transformadora.

Inspirada en los fundamentos del Kung-Fu y el Tai-Chi tradicionales, esta clase combina ejercicios de movilidad, estiramiento, fuerza y concentración mental, adaptados al entorno laboral.
Se trabaja con posturas y movimientos extraídos de la tradición marcial, como las técnicas de apertura (hoi jong), los ejercicios de respiración, y movimientos básicos de Choy Lee Fut que fortalecen el cuerpo sin impacto excesivo.
El objetivo es que los colaboradores experimenten cómo la disciplina marcial puede convertirse en una herramienta práctica para reducir el estrés, mejorar la postura frente a las largas horas de oficina y fomentar la cohesión del grupo.

La verdadera transformación se logra con la práctica constante. Este programa ofrece un acompañamiento estructurado durante 4, 8 o 12 semanas, con clases periódicas que profundizan en las técnicas de Tai-Chi y Kung-Fu orientadas al bienestar.
Se incluyen ejercicios de coordinación, dinámicas de grupo, estiramientos, respiración y formas cortas (taolu) adaptadas para el espacio corporativo.
El beneficio principal es mantener a los equipos en un proceso progresivo, generando hábitos saludables que impactan directamente en la productividad, la concentración y el estado de ánimo de los colaboradores.
“La práctica regular pule el carácter y fortalece el espíritu, tanto en el trabajo como en la vida personal.”

Además del bienestar físico y mental, las artes marciales tradicionales ofrecen un componente práctico: la defensa personal. En este taller, los participantes aprenden técnicas sencillas y efectivas para protegerse en situaciones cotidianas, basadas en principios del Kung-fu Choy Lee Fut y aplicaciones de movimientos básicos del Chen Tai-Chi.
Se trabajan ejercicios en pareja, desplazamientos, bloqueos y respuestas rápidas que fortalecen la confianza y la seguridad personal.
Más allá de la técnica, el taller transmite un mensaje fundamental: la defensa personal no es violencia, sino prevención, autocontrol y seguridad interior, valores centrales de la filosofía marcial.